El ecólogo especialista en vida silvestre Fabio Buitrago, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic-SOS), denunció la pesca indiscriminada de crías de tiburón en Little Corn Island, en el Caribe Sur.
Denunció que estas acciones están “afectando el ecosistema”, además de la industria turística creada a partir del buceo, que “genera recursos económicos para la isla”.
Entre las especies depredadas se encuentran crías de tiburón martillo, pequeños tiburones de arrecife, y tiburones nodriza. Buitrago aseguró que la pesca de tiburones es ilegal y que también está prohibida en el mercado internacional.
“Difícilmente van a tener un mercado más que el ilegal en Nicaragua”, dijo.
Pesca en Little Corn Island no es aislada
En 2011, Buitrago denunció el desembarco del buque asiático Hung Chi Fu 68, que con bandera de Belice arribó a San Juan del Sur, luego de ser expulsado de Costa Rica por haber violado la ley de pesca de aletas.
En esa misma época desembarcaron en Puerto Sandino y Puerto Corinto dos buques más, que se dedicaban a la pesca de tiburones para el aleteo.
En ninguno de esos casos el Instituto Nicaragüense de la Pesca y Acuicultura se pronunció sobre la situación.
Más bien permitió que se violara el marco legal nicaragüense y costarricense, pues las aletas que contenía el Hung Chi Fu 68 fueron exportadas a Costa Rica y luego comercializadas como producto costarricense en el mercado internacional.
La pesca de tiburones sucede no solo en Little Corn Island, sino que también se registra pesca de tiburones y rayas en el Pacífico, en Puerto Cabezas, Bluefields y en San Juan de Nicaragua.
La pesca de escualos es debido al comercio de aletas, que según Buitrago “es el más atractivo”, pues el kilo de aleta “vale entre 60 y 80 dólares”; cada tiburón “por muy pequeño que sea, tiene una cantidad de aletas considerable... entonces es un negocio lucrativo, pero con mercado internacional”.
El mercado nacional consume carne de tiburón, por ello los pequeños tiburones jalados con redes son usados como carnada después de cortarle las aletas.
Buitrago señaló que “hace falta muchísimo para empezar a regular e implementar lo que establecen las leyes sobre comercialización de productos de tiburones”, ya que no hay regulaciones ni en el Pacífico ni en el Caribe. Recordó que Nicaragua ha firmado varios tratados regionales, centroamericanos e internacionales sobre este tema.
Un ejemplo es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).
En la última convención del Cites, se acordó mundialmente “que no se puede comerciar internacionalmente aletas de rayas o de tiburones”.
La pesca de tiburones crea un desequilibrio ecológico en el mar, ya que es el principal depredador el que está siendo extinguido y eso deja un vacío en la cadena alimenticia.
Fuente: La Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario