- Es la historia de Havivi’s, que con persistencia y el trabajo de un antiguo ayudante de carpintería hoy es referencia entre grandes empresas
Contactos
Propietarios: Esteban Bendaña y Petronila Arrechavala.
Teléfonos: 89013569 / 22544279.
Correo: havivismuebles@hotmail.com
Dirección: de donde fue La Nunciatura una cuadra arriba, una cuadra y media al sur, mano derecha.
Página web: http://www.muebleshavivis.comAspiran al mercado externo
Las metas de Esteban Bendaña y Petronila Arrechavala no se limitan a seguir creciendo en el mercado nacional, ellos quieren cruzar fronteras exportando muebles hacia países centroamericanos, Venezuela y Estados Unidos.
Para ellos, según Petronila, gerente de mercadeo de Muebles Havivi’s, en este momento están recibiendo capacitación para cumplir con las condiciones para obtener la certificación de calidad de buenas prácticas.
Sobre el uso de la madera, afirman que se aseguran que la misma provenga de proveedores con licencia, es decir que la misma no haya sido obtenida de forma ilegal en detrimento del medio ambiente. También pretenden seguir creciendo en cuando a la generación de empleo. Actualmente emplean a ocho personas.
Esta mueblería forma parte de una alianza de seis talleres de este tipo para unir esfuerzos para impulsar el crecimiento de este negocio en el país. En el marco de esa alianza, los seis muebleros cuentan con un horno de uso en común y una sala de ventas que está de donde fue Lozelsa, una cuadra al este, frente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.
El nacimiento de muebles Havivi's. Activos
Diez córdobas tenía en su bolsillo Esteban Bendaña cuando emprendió la aventura de echar a andar su ahora próspera empresa de carpintería y ebanistería. Fue durante una mañana, hace casi diez años, cuando este empresario y su hermano se despertaron y se vieron sus caras angustiadas tras quedar desempleados y con apenas esa cantidad de dinero para sobrevivir en los siguientes días.
Esa realidad económica les obligó a buscar una salida a sus crisis y fue cuando nació la idea de aprovechar todo el conocimiento que habían acumulado en sus antiguos empleos para crear una mueblería, sin imaginar que esta crecería como la espuma, hasta llegar a ser hoy Muebles Havivi’s.
Sin miedo al fracaso, Esteban y su hermano emprendieron el camino hacia la independencia económica. No querían volver a ser empleados. Y fue así como se lanzaron al mercado a cazar clientes interesados en servicios de carpintería y ebanistería. Sabían que la tarea no era fácil, porque no tenían capital semilla para asegurar los pedidos, por eso solicitaban a los clientes anticipos de pago para comprar los materiales que necesitarían para la fabricación de los muebles. Sí tenían maquinaria que habían comprado cuando trabajaban para una carpintería.
“Cuando inicié el negocio, yo dije que no iba a ser un tallercito más”, afirma este joven de origen salvadoreño, que con sus manos fabrica finos muebles con maderas preciosas como caoba y cedro real.
El negocio, que inició con su hermano, creció tanto que ambos decidieron separarse años después para crear cada quien su taller, ahí fue donde surgió Havivi’s.
Este empresario nunca fue a la escuela a aprender el oficio de dar vida a la madera. Lo aprendió cuando, al no poder ingresar a trabajar en las zonas francas, su hermano le ayudó a entrar a una mueblería como ayudante de carpintería. En esa empresa Esteban pasó momentos muy difíciles.
Su deseo de innovar, de experimentar con nuevos diseños, de moldear la madera, dejar de ser más que un ayudante se desmoronaba como naipes cuando su jefe le decía que no se podía responsabilizar de la fabricación de un mueble porque “apenas era un ayudante”.
Este es uno de los más de cincuenta tipos de diseños de muebles que esta empresa ha vendido desde hace diez años.
LA PRENSA/O. NAVARRETE
“Yo siempre quería hacer el mueble más difícil que llegaban a encargar los clientes, me decían que era un ambicioso”, recuerda. Hoy en su negocio propio, Esteban ha experimentado con más de cincuenta diseños en muebles. Entre su cartera de clientes se cotizan prestigiosas empresas como Siman, Claro, las tiendas Nine West, la Universidad Americana (UAM), Night Power, Copa Airlines, Nuevo Carnic, Grupo Roble, Navega, entre otros.
El prestigio que ha acumulado esta empresa ha llegado a oídos del Estado, pues las instituciones estatales también recurren a esta empresa cuando requieren servicios de carpintería y ebanistería.
Detrás del reconocimiento que ha ganado Havivi’s está el trabajo de mercadeo de Petronila Arrechavala, esposa de Esteban. Ella no solo es la encargada de asegurarse de que los números de la empresa cuadren, sino también velar porque el nombre de este negocio se venda bien en el mercado.
Petronila explica que la gran fortaleza de esta empresa es que trabajan muy de cerca con el cliente. Trabajan todo tipo de material, incluido el metal.
Ambos empresarios aseguran que cuidan cada detalle del producto que entregan. Si Esteban no va a asegurarse que el mueble quede bien instalado, lo hace Petronila. La empresaria asegura que el haber legalizado el negocio desde un principio le ha permitido llegar a clientes exigentes, obteniendo mejores ingresos. Participan en todo tipo de ferias.
CAPACITAN A LOS EMPLEADOS
Esta mueblería cuida de las buenas prácticas en el taller, así como de la calidad de cada encargo. El personal es capacitado.
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Ahora la vida de este matrimonio ha cambiado. Antes Esteban era empleado, hoy es empleador. Antes era ayudante de carpintería, hoy capacita a sus propios trabajadores sobre el moldeo de la madera. Antes solo tenía diez córdobas en su bolsa, hoy es un hombre de negocios que se relaciona con prestigiosas empresas que están dispuestas a pagar bien por la calidad de su trabajo. Antes ambos no tenían un futuro económico que ofrecerle a sus hijos, y hoy tienen una empresa que pretenden hacerla seguir creciendo.
Al final del camino, o más bien a mitad del camino hacia la prosperidad empresarial, Esteban y Petronila dicen que ha valido la pena el esfuerzo y empeño que han invertido en esa empresa, que nació cuando el desempleo llegó un día casi de sorpresa.
Fuente: La Prensa
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