El arte urbano conocido como grafiti ha llenado de vida y color San Pablo, que antes era considerada una ciudad gris, con sus más de 1.500 kilómetros de paredes pintadas.
"El grafiti es una manifestación artÃstica que forma parte del dÃa a dÃa de todos, les guste o no, se impone", dijeron los hermanos Otávio y Gustava Pandolfo, conocidos como "Os Gemeos", al diario El PaÃs.
En la avenida Cruceiro do Sul, en la zona norte de la capital, muy próxima a una de las dos terminales de autobuses de la ciudad, un grupo de artistas pintó 66 paneles creando, en 2011, el primer Museo Abierto de Arte Urbano de São Paulo (MAAU).
"El hecho de que el arte esté en la calle ya es mucho más democrático. La gente no necesita entrar en una galerÃa cerrada para verlo", dice la artista y grafitera Prila Paiva.
Organizado con autorización del Ayuntamiento, ese museo es una excepción. Como la clave del grafiti es ocupar la ciudad, los artistas no siempre pintan con autorización, aclara El PaÃs.
Con el pasar de los años, además del reconocimiento del público, el grafiti, consecuentemente, fue haciéndose un negocio más rentable.
Hoy, el arte urbano está presente en galerÃas y exposiciones en Brasil y en el mundo. "Después de celebrar la exposición de 'Os Gêmeos' (una en 2006 y otra en 2007), ganamos otro público en la galerÃa. Esos artistas tienen un atractivo que otros no tienen", dice Alexandre Gabriel, director de la galerÃa Fuertes Vilaça, representante de "Os Gêmeos".
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