La cantante tuvo que pasar casi la totalidad del show sujetando su blusa blanca. El inconveniente con su vestuario comenzó a los pocos minutos de iniciado el espectáculo.
En cuanto ella pisó el escenario, empezaron a interpretar la canción "Holy Grail", donde Beyoncé hizo los coros y bailó con mucho entusiasmo, lo que hizo que su camisa se abriera y dejara al descubierto su sostén.
La artista se percató e intentó volver a poner en su lugar el vestuario, pero este siguió dándole problemas durante toda la presentación. Tuvo que terminar la canción cubriéndose con una mano el pecho para no mostrar de más. INFOBAE