Fuente: LA PRENSA |
Los leoneses juraron a la castísima celebrar cada 14 de agosto una Gritería de penitencia, donde ofrendarían un brindis que enalteciera su nombre. Este año, el pueblo de inmensa fe salió a las calles a cumplir su promesa y también a pedirle a la madre de Dios, libertad y sanidad para Nicaragua, que vive un contexto sociopolítico adverso desde abril 2018.
Luego del grito, a las 6:00 de la tarde, miles de feligreses católicos se desbordaron entre cantos y oraciones por las calles y avenidas para vivir la tradición que ya cumple más de medio siglo.
En los hogares realizaron los altares alusivos a la imagen de la Virgen junto al volcán Cerro Negro, y con arreglos alusivos a la patria, «ella es la vencedora del fiero dragón, la que nos va ayudar encontrar la paz en Nicaragua», expresó una creyente.
María Machado, otra de las fieles refirió que en los días de protesta fue señalada de terrorista y ni las amenazas por parte de los esbirros de Ortega la detuvieron este 14 de agosto.
Este año no hubo derroche de pólvora como en otros épocas, apenas unos cuantos minutos de fuegos pirotécnicos y luego la música. «Miro que está algo pobre, pero aquí estamos por fe y esperanza, aún sabiendo que es peligroso», manifestó Catalina Gaitán que viajó desde Masaya para celebrar la Gritería.
En los barrios tampoco se notó el uso de la pólvora, sí hubo flores, hubo mantas azul y blanco y verdaderos creyentes que aseguraron que gritaban por la virgen y por Nicaragua.
Este año, el pueblo de inmensa fe, salió a las calles a cumplir su promesa y también a pedirle a la madre de Dios, libertad y sanidad para Nicaragua, que vive un contexto sociopolítico adverso desde abril 2018.
LA PRENSA
No hay comentarios:
Publicar un comentario